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El testimonio de Rocío Carrasco ha sobrecogido el corazón de muchos y despertado a otros. En concreto a muchas mujeres que se han dado cuenta de que "eso" que pasa en su relación no es normal, sano y que no tienen razón por la que soportarlo. En relación a esto, a esa violencia que no se ve por tenerla normalizada escribo esto.
Permitirse sentir o dicho de otro modo, dar libertad a las emociones es sin duda el primer paso para sentirse bien. Las emociones no son buenas o malas. Actúan de brújula y debemos reconocer que están y ponerlas nombre.
La llegada de un nuevo miembro a la familia, un hermano por ejemplo, es todo un reto. Las emociones se sitúan a flor de piel y el orden establecido en la familia cambia. Los más pequeños son los que más notan la llegada de este nuevo miembro. Para gestionarlo mejor aquí encontraréis una breve receta.
Un breve relato sobre una de las mujeres de mi vida. Duro pero finalmente sanador. Entender que ser madre es dar a los hijos lo que necesitan y no lo que quieren.
¿De verdad no hay otra forma de "ser feministas" este 8 de marzo que con una manifestación? ¿De verdad su "capacidad" y su "formación" no pueden elaborar una estrategia inteligente, abrumadora y adaptada a esta pandemia? ¿En serio?
Repetir todas las veces que sea necesario para encontrar la paz necesaria. Se puede compartir la receta. Los únicos efectos secundarios son mayor conexión con uno mismo y buen clima familiar y/o amistoso.
Un nuevo texto a modo de pequeño homenaje anónimo sobre las mujeres que pasan o han pasado por mi consulta. Con ellas he crecido. Espero que también lo hagas tú.
¿Has pensado alguna vez el poder que tienes sobre tus hijos? ¿La atención que prestan a aquello que haces o dices? Los niños siempre escuchan, siempre tienen en cuenta. Ejercer responsablemente el poder que obtenemos al tener hijos es un deber y una obligación.
